Es habitual que en las clases de Educación Física los profesores se encuentren con alumnos que presentan un nivel de autoestima bajo. También está constatado que existe una correlación entre autoestima y rendimiento académico. A partir de estas realidades, se puede concluir que las actitudes hacia la Educación. Física serán más positivas a medida que el alumno se siente más motivado en su realización y si hace alguna actividad física extraescolar.
En SEK-Ciudalcampo se desarrollan las clases de Educación Física en un clima adecuado, eliminando el tradicional enfoque basado en el rendimiento y el fomento de la competición entre los alumnos.
Según Mendoza y Col (1994) los alumnos tienen una mayor autoestima física y autoconfianza que va disminuyendo con la edad: el 75% de los alumnos de Primaria opinan que su forma física es buena o muy buena, mientras que solo un 20% de los adolescentes de Secundaria tienen esa misma opinión. Esta diferencia se debe al paso de la infancia a una edad donde las diferencias individuales se ven más acentuadas.
Para corregir un nivel bajo de autoestima, el departamento de Educación Física de SEK-Ciudalcampo aboga por actuaciones que favorezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje que estimulen la creatividad y la autonomía personal.
Las principales estrategias que sigue el equipo docente para disminuir el sentido del ridículo y para favorecer que el alumno se conozca y se acepte, son las siguientes:
- Aplaudir más la participación que el rendimiento, valorando más el esfuerzo y la mejora personal y no el ser mejor que los demás.
- Favorecer la estimulación de la motivación intrínseca, donde el niño quiere mejorar y aprender nuevas habilidades.
- Recalcar la importancia de la actividad física para la salud y no para el estado físico.
- Proporcionar feed-back siempre positivos para promover las sensaciones de competencia y autoconfianza.
- Adoptar medidas compensatorias, con objetivos atractivos, para los alumnos con anomalías leves que supongan un reto y un logro.
- Diseñar ejercicios y tareas que tengan objetivos realistas y los alumnos puedan conseguir a través de progresiones fáciles de seguir.
- Realizar sesiones de expresión corporal a modo de desinhibición.
- Utilizar las recompensas antes que los castigos, esto se establece a principio de curso para poder adecuar de antemano su conducta.
- Describir los comportamientos sin juicio alguno de tal manera que el alumno se sienta bien.
- Implicar al alumno en la autoevaluación.
Como conclusión, podemos afirmar que la autoestima se eleva valorando nuestras capacidades y cualidades. Influye en la forma en la que nos enfrentamos a nuestros problemas y dificultades, y ayuda a mitigar sentimientos negativos. A través de la actividad física, conseguimos un cambio favorable en algunos de estos rasgos.
REFERENCIAS:
Mendoza, R., Sagrera, M.R., Batista, J.M. (1994). Conductas de los escolares españoles relacionadas con la salud. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid.